Hace nada menos
que 22 días que escribí la última entrada sobre mis bicis. Desde entonces y
hasta que salí de Murcia el jueves 27 de junio todo fueron preparativos y más
preparativos. Compras, e-mails, más compras, más e-mails… camperizar la
furgoneta, más compras, más e-mails, más camperizar… Vamos una locura que me
tenía inmerso en un bucle dentro del cual no me daba cuenta de lo cerca que
estaba mi partida.
Salí de Murcia
con la furgo a tope y un nudo en el estómago, medio desorientado, sin casi
darme cuenta iba dirección Madrid y el viaje había empezado.
Madrid, San
Andrés del Congosto y Tamajón.
En Madrid fui
directo a la redacción de la revista MTBPro donde me recibieron mi amigo Jorge
Torrecillas y el director Luis Miguel del Cerro. Ya había mandado unos e-mails
(más e-mails) a Luismi, pero me apetecía conocerle en persona y cambiar
impresiones sobre mi proyecto. Desde aquí quiero darte las gracias por escuchar
mi historia y aconsejarme como lo hiciste.
Al día siguiente
tocaba visitar la revista Bike. Primero me pasé por la redacción de
Motociclismo, donde fui becario en 2006. Tras mil abrazos y saludos y un buen
rato en la mejor compañía, tocaba subir a ver a los de Bike. De la mano de mi
amigo Marcos Gil, les hablé de mi viaje y al igual que con MTBPro les propuse
colaborar con ellos publicando episodios mensuales. Ahora toca hacer las
mejores fotos que pueda y escribir los mejores textos y esperar que “suene la
flauta”. El lado periodístico de este viaje es muy importante para mí. Por
supuesto que se trata de una experiencia personal bestial en sí misma, pero
quiero que suponga una experiencia profesional al mismo tiempo.
Tras este día y
medio en Madrid y antes de salir para Aínsa, Marcos me propuso pasar el finde
en su pueblo, San Andrés del Congosto, y no me pude resistir. Se trata de un
auténtico oasis rural a una hora de Madrid. Algunos afortunados habitantes de
la capital, entre los que se cuentan Marcos y su hermano Fernan, pasan los
fines de semana y vacaciones haciendo rutas 4x4, enduro, kayak, escalada o
simplemente sentándose al sol y disfrutando de la tranquilidad que reina en
esta aldea alcarreña.
Para rematar el finde pasamos el domingo en Tamajón escalando en bloque. Bueno escalando ellos porque yo ni me calcé los pies de
gato (que llevo en la furgo junto al arnés, reverso y algunas cintas) Mientras
éstos fieras luchaban contra algunos de los bloques más míticos de la zona
centro, yo me dediqué a relajarme y pasear por el idílico entorno.
Os escribo desde los Pirineos. Llegué ayer a Aínsa, en la Comarca de Sobrarbe y por la tarde ya había hecho mi primera salida. Esto está en marcha, muy pronto la entrada “Zona Zero, día uno”…
Buen viaje, muchacho. Salud para el cuerpo... y para el alma! Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Maestro. Hablamos pronto y te cuento todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarChosic, haces que presuma de sobrino.
ResponderEliminarVaya dos maestros, así mal del todo no me puede salir :)
ResponderEliminarUn abrazo enorme, Thornton.
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